Hay un mecanismo psicológico que me inquieta: la auto-profecía.
Esa frase que se cuela como verdad absoluta y que, sin darnos cuenta, acabamos cumpliendo.
“Nunca encontraré a alguien que me quiera.”
“Siempre seré pobre.”
“La felicidad no es para mí.”
“Voy a morir joven.”
A veces nos convencemos de que sabemos lo que nos pasará.
Y ese convencimiento, si no lo cuestionamos, puede convertirse en realidad.
Es lo que se conoce como profecía autocumplida.
Conocí a una mujer que repetía con frecuencia: “Sé que moriré joven”.
No llegó a los cincuenta.
No es un caso aislado.
Muchas veces creemos que el futuro está escrito, que ya sabemos lo que va a ocurrir.
Pero eso no es verdad.
El mañana no está definido para nadie. Ni para ti, ni para mí, ni para los tuyos.
Por eso hoy quiero proponerte algo:
Párate y cuestiona todas tus auto-profecías.
Esas frases que has repetido tantas veces que ya suenan a certeza, cuando en realidad no lo son.
El poder de lo que creemos
Hay estudios que demuestran el efecto placebo (mejoría por creencia positiva) y su contrario, el nocebo (empeoramiento por expectativa negativa).
El efecto placebo se subestima injustamente.
Pero que una persona pueda mejorar su estado de salud solo por la confianza que deposita en un tratamiento es extraordinario.
El nocebo, en cambio, también existe.
En un estudio japonés, a estudiantes con experiencias traumáticas con ortigas les vendaron los ojos y les dijeron que les rozarían con ellas.
En realidad, no lo hicieron.
Aun así, desarrollaron sarpullidos e irritación.
Porque su mente lo creyó real.
Lo que creemos afecta a nuestro cuerpo, a nuestras decisiones y a nuestra vida.
Y si tu mente cree que vivirás siempre en carencia, en soledad, o sin salud… ¿cómo crees que te posicionas en la vida?
Desactivar la auto-profecía
Esto no va de mantras mágicos ni de positivismo forzado.
Va de hacerte preguntas valientes:
¿Por qué creo esto?
¿Dónde aprendí esta idea?
¿A quién le pertenece?
¿Para qué me sirve hoy seguir creyéndola?
Las creencias también se desinstalan.
Y cuando lo haces, se abre otra posibilidad de vida.
Si este proceso resuena contigo, la terapia Gestalt puede ayudarte a desactivar tus auto-profecías y empezar a vivir desde un lugar más libre y real.
