A veces los amigos discuten. Se alejan.
Sucede en las mejores relaciones, y forma parte de los vínculos humanos.
Pero… ¿sabemos cómo gestionar esos desencuentros de manera saludable?
¿Y sobre todo, estamos dispuestos a hacerlo?
El valor de mostrarse en lo vulnerable
Gestionar los conflictos con honestidad requiere algo que no siempre estamos preparados para ofrecer: dejarnos ver desde un lugar más vulnerable.
Solemos mostrar nuestras partes fuertes, seguras, exitosas.
Pero en el conflicto, lo que más se necesita no es la imagen perfecta, sino la verdad emocional.
Dos versiones, una distancia
Imagina este diálogo:
—»Esto que has hecho me dolió, para mí fue una falta de respeto.»
—»Pues para mí no fue para tanto.»
—»Para mí fue un 7 de 10.»
—»Para mí fue un 1.»
¿Y ahora qué?
¿Quién tiene razón?
Nadie. O mejor dicho, ambos.
¿Queremos tener razón o queremos encontrarnos?
Se puede entrar en el reproche:
«No me quieres como yo te quiero.»
«No me respetas.»
«Eres exagerado.»
«No me interesa lo que sientes.»
Y lo que era un desacuerdo se convierte en una guerra de razones que solo aleja.

Quizás no haya culpables. Solo diferencia.
Cuando dos personas tienen sensibilidades distintas, no siempre se trata de que una tenga razón y la otra no.
A veces solo se trata de aceptar que hay un desencuentro, y eso… duele.
Pero no tiene por qué romper el vínculo.
La tristeza puede ser más real y más respetuosa que el reproche.
Y en esa tristeza podemos encontrar autenticidad, aunque no siempre haya una solución clara.
La libertad en el vínculo implica aceptar la diferencia
La Terapia Gestalt lo dice con claridad:
«Yo soy yo y tú eres tú. Si hay encuentro, es hermoso. Si no, no podemos remediarlo.»
El respeto por la libertad en una relación implica aceptar que el otro no está aquí para satisfacer nuestras expectativas, y nosotros tampoco estamos aquí para adaptarnos a cualquier precio.
Y sin embargo, eso no excluye el amor, ni la conexión, ni la ternura.
Si quiero libertad, también debo dar libertad
Respetar al otro tal como es, incluso cuando duele que no nos vea como quisiéramos, es un acto profundo de madurez emocional.
Es la base de las relaciones sanas, donde podemos sostener el conflicto sin perder el vínculo… o sin perder la dignidad si ese vínculo ya no es posible.
Un proceso para vivir los vínculos con autenticidad
El counselling Gestalt te ofrece un espacio para diferenciar el reclamo del encuentro, el juicio de la expresión, la rigidez del contacto real.
Para poder vivir los conflictos sin traicionarte, ni exigir que el otro deje de ser quien es.
Si sientes que ha llegado el momento de relacionarte desde un lugar más libre y honesto, este camino puede acompañarte.