No dejes que la realidad te estropee un buen sueño

Hoy leyendo el periódico me he encontrado con esta afirmación de un periodista: «No dejes que la realidad te estropee una buena historia». Es un poco la base de las fake-news. Aunque claro, un periodista experimenta la realidad de una manera muy personal.

 Los demás también lo hacemos.

Me indigna un poco esta cuestión: ¿por qué un periodista debería tener un código ético?

Bueno, los demás también podríamos tenerlo. 

La realidad es la primera víctima de los sueños personales. Creo que tiene que ver con esta tensión entre lo que hay y lo que querríamos que hubiera.

Podríamos cambiar la frase de arriba con: «no dejes que la realidad te estropee un buen sueño».

¿Qué te parece?

Yo me he perdido varias veces tras un sueño o un ideal.

Cuando digo que me he perdido es que he dejado de preguntarme si los «sacrificios» que requerían la consecución de mi sueño merecían la pena. Me ciega salirme con la mía y no reconozco que a veces no es posible.

¡Cuánta energía desperdiciada detrás de un objetivo inalcanzable!

Más que inalcanzable (no creo en lo inalcanzable), la energía se desperdicia tras un objetivo incoherente con quien eres. Cuando continúas buscando la felicidad en un sueño que no se ha actualizado con quien eres, un sueño que sigue activo cuando debería haberse caído por el camino; pues tú ya no eres la persona que tenía este sueño.

Es que cada día cambias, y yo también lo hago. Cada día partes de ti mueren y se reemplazan por otras nuevas que no son como las antiguas, son nuevas. ¿De verdad crees que tus sueños, tus objetivos, son diferentes?

No, no lo son.

Mis sueños dependen de la persona que soy; y la persona que soy no siempre quiere hoy lo de ayer.

Quizás con dieciséis años me gustaba la nata y con treinta ocho no puedo con ella, no la digiero.

  • ¿Me sigue gustando?

Sí.

  • ¿Me entrego a ella?

No.

Quizás con veinte años me gustaba «luchar en la jungla de la vida», ascender en la pirámide social; y estaba dispuesta a sacrificar mi vida personal, mi salud y mi vida familiar para ello.

Hoy, este tipo de vida se me atraganta.

  • Entonces si hay tanto cambio, ¿cómo puedo ser consistente en mi vida?

Se trata de mantener un diálogo cotidiano con una misma para ver si sigo queriendo pagar el precio necesario para llegar donde quiero llegar. Esto requiere darte claramente cuenta del precio que estás pagando.

Si quieres que te acompañe para que puedas entrenar tu darte cuenta, las sesiones de Terapia Gestalt conmigo te interesan.

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Cristina