Desde pequeños, vamos adaptándonos al entorno. Aprendemos qué se espera de nosotras, cómo agradar, cómo protegernos. A veces, ese aprendizaje se vuelve tan automático que dejamos de distinguir lo que somos de lo que aparentamos ser.
Esta es la dinámica central de lo que, desde la Terapia Gestalt y el Eneagrama, llamamos carácter: una estructura aprendida de creencias, habilidades y normas que desarrollamos en los primeros años de vida y que acabamos confundiendo con nuestra identidad.
¿Qué es el carácter y por qué nos desconecta?
Cuando nacemos, somos presencia pura. Pero en ese proceso de crecer, de integrarnos en la familia, en la escuela, en el mundo, vamos olvidando partes esenciales de nosotros mismos. Sentimos que no somos suficientes tal como somos, y construimos una máscara: una versión «aceptable» de quienes creemos que deberíamos ser.
Este mecanismo nos aleja de nuestras necesidades reales. Nos lleva a funcionar desde el miedo, la inseguridad, la autoexigencia o la evitación, según la estructura que hayamos adoptado.
El Eneagrama como mapa del olvido
El Eneagrama describe nueve tipos de carácter, cada uno con su forma particular de olvidar su esencia y protegerse del dolor. Aunque todos compartimos rasgos, hay un núcleo central desde el que nos movemos durante toda la vida.
Un ejemplo claro es el triángulo central del Eneagrama:
- El 9 representa el olvido de uno mismo.
- El 6, el miedo.
- El 3, la vanidad o inautenticidad.
Esta tríada refleja una tensión universal: olvido, miedo, apariencia. Y es aquí donde muchos quedamos atrapados, repitiendo patrones que no nos permiten vivir desde lo que verdaderamente somos.

¿Cómo salir del sufrimiento?
La salida no está en rechazar esa estructura, sino en hacerla consciente y recorrer el camino de regreso al corazón.
- Desde la vanidad, mirar de frente el miedo.
- Desde el miedo, recordar lo que hemos olvidado.
- Desde el olvido, abrirnos a la posibilidad de ser vistos y amados tal como somos.
Este es el movimiento inverso del alma, que no busca perfección, sino presencia. No exige que seas distinto, solo que seas más tú.
¿Te resuena esta historia?
Si alguna vez has sentido que funcionas con piloto automático, que vives desde el deber más que desde el deseo, que hay una versión más auténtica de ti esperando salir… es muy probable que estés en el momento justo para empezar ese viaje.
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El psicocounselling Gestalt es un acompañamiento que no busca cambiarte, sino ayudarte a reconectar con tu verdad.
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Y si estás aquí, leyendo esto, puede que ya hayas comenzado.