Gestalt el podcast: presentación

Hola,

Cómo te he comentado en el anterior post he sacado un podcast y aunque aún no estoy satisfecha con el resultado, mi perfeccionismo es irritantemente omnipresente, no veo porqué no compartir contigo el primer episodio.

Me comprometo a seguir, auqnue con mi ritmo.

No voy a poder publicar cada semana un episodio porque en este momento de mi vida la inspiración viene cuando viene y yo la aprovecho cuando puedo. Mi principal compromiso y dedicación están con mis clientes.

Sin más, aquí tienes el primer episodio de Gestalt, el podcast.

22-02-2022 La vuelta

22-02-2022

La vuelta

¿Cómo empezar un post después de tanto tiempo en silencio?

Quizás solo haga falta decir “Hola”.

No he sido nunca demasiado disciplinada en lo que no me interesa y confieso que la creación de contenidos no es mi prioridad de vida.

Mi prioridad es el counselling, atender clientes, generar vínculos que me permitan madurar y que hagan crecer a quienes están a mi alrededor.

A pesar de que la creación de contenidos no sea una prioridad hoy quiero volver “…y volver, volver, vooolveer… a tus brazos otra vez…” Como canta Chavela, por favor, no me malinterpretes, es una broma inocente.

¿Para qué quiero volver?

No lo sé con claridad.

Supongo que para decir la mía.

Me estoy alejando siempre más del ruido de las redes sociales porque me distraen, me confunden y me generan varias reacciones emocionales innecesarias. El tsunami de informaciones que estamos viviendo me hace vivir fuera de mi misma y evitar el contacto íntimo por esto necesito poner muchos límites a mi presencia online. 

Esto no significa que no quiera compartir a mi manera, con mi estilo y mis tiempos, las que vienen a ser mis reflexiones.

Ayer una amiga me dijo que le preguntaron algo que le impactó, sobre cómo es posible que pueda dedicar horas a estar consumiendo contenido en redes y no soportar ni diez minutos en silencio contactando consigo misma.

Yo también me pregunto cómo es posible.

Aunque hoy en día parece de lo más normal, perdernos en redes sociales y tener una falsa sensación de estar acompañado cuando en realidad estamos más solos que la una.

¿Qué hay dentro de ti de tan desagradable para estar tanto tiempo volcado hacia afuera?

Por aquí comienza si quieres el viaje interior, respondiendo a esta simple pregunta y aprendiendo a escuchar tu respuesta.

Estamos (casi) todos locos por llegar donde no estamos, por tener lo que no tenemos y por ser quienes no somos, que nos olvidamos de dejarnos ser y estar con lo que tenemos.

No sé si te has dado cuenta, vivimos más en contacto con quienes somos que con lo que tenemos por eso es más importante cuidar de tu ser.

He comenzado a experimentar con el podcast, hasta la fecha no estoy demasiado satisfecha con los resultados.

Me doy cuenta de que escribir es lo que me satisface más, por la intimidad, por el sonido de las teclas, por poder corregir y volver a corregir y si hace falta volver a hacerlo.

Por el ritmo silencioso de la experiencia que me conecta conmigo, con respecto.

Sin embargo, yo seguiré experimentando un poco más con el podcast, quizás unir escritura y voz pueda ser interesante.

Si me agobio lo vuelvo a dejar.

No voy a comprometerme con escribir cada día, ni cada semana, ni cada mes. Quizás sí escriba y quizás no.

Gracias por leerme hasta aquí y por volver a buscar nuevos contenidos cuando quieras, cómo yo respeto mis tiempos es justo que tú también puedas respetar los tuyos.

Sin embargo, si quieres que te avise cuando publique algo nuevo puedes inscribirte a la Newsletter y si no, nos vemos por aquí.

Un abrazo y feliz día.

Me hacen una entrevista: ¡Migramos!

Me entrevistan:

¡Migramos!

Me lo he pasado muy bien y ha sido una gran experiencia, ¡gracias Jack y Ronja!

La experiencia de migrar no es moco de pavo, remueve mucho y permite a la persona hacer determinados aprendizajes. De esto se ocupa el pod-cast de Jack Viamonte, te lo recomiendo, son entrevistas a professionales de diferentes campos que tiene en común la experiencia de haber dejado la madre pátria para crearse una vida en el extranjero. 

Para mi ha servido para romper el hielo con el podcast, me ha gustado tanto la experiencia que estoy planenado mi propio podcast, estate atento porque pronto vendrá contenido nuevo para el blog 😉

No me enrollo más, aquí abajo dejo mi entrevista.

 

Libérate: encuentra el «punto cero» en tus polaridades

Liberate: encuentra el punto cero en tus polaridades.

Uno de los aspectos de la Terapia Gestalt que más me gusta es, sin duda, su visión de las polaridades.

Me explico.

Las polaridades no son nada nuevo bajo el cielo, provienen de la filosofía y antes, de la religión. Lo novedoso es aplicar esta visión al comportamiento humano. 

Los humanos, en general, tenemos la tendencia a identificarnos con determinadas características que acostumbran a excluir su opuesto. 

Bien.

Esta, evidentemente, es una generalización. Pero vamos a ver otro ejemplo.

El ejemplo de una mujer de 25 años que deja su trabajo bien pagado y reconocido para seguir la pasión que le dicta su corazón. Romántico ¿verdad?

Bien, pongamos el caso que la familia le diga: «Nunca tendrás dinero o te podrás realizar si sigues tu pasión, esto que haces son tonterías». Evito entrar en detalles porque tengo tantos ejemplos reales que me cuesta elegir uno. Desde ser profesora de yoga, a ser terapeuta, a ser escritora o técnica web… En general, cuando el sueño de una mujer se aleja del camino que su familia ha «elegido» para ella, se le «maldice» con pobreza y insatisfacción.

A menudo este escenario de desgracia se extiende a la vida personal y el ataque incluye un gratuito «nunca estarás contenta, te quedarás sola» o «siendo así no encontrarás nadie que te quiera y con quien ser feliz».

A menudo, la persona en cuestión lucha consigo misma y sacrifica su felicidad y realización para quedarse en el camino marcado, el que se percibe como «correcto». Hasta que la ansiedad, el malestar, la falta de sentido… la empujan a tomar una decisión. Entonces la mujer en cuestión (o el hombre, esto no va de género) acepta la «maldición». Es como si dijera: «Ok, acepto que no seré rica, y quizás tampoco encontraré alguien con quien compartir mi vida, pero voy a seguir mi corazón».

Acepta pagar el precio que su familia le pide, aunque realmente no haga falta.

No está escrito que seguir el dictado de tu corazón te lleve a la pobreza o a la soledad. De hecho, es al revés. Cada día hay más ejemplos de personas muy felices y realizadas que cobran un buen sueldo y tienen una familia feliz haciendo lo que les gusta.

Sin embargo, una alianza familiar mal entendida, mezclada con la necesidad de alejarse del rol de sumisión que ha estado interpretando, la llevan a la otra polaridad.

«Sumisión/rebelión» es una polaridad que podemos jugar infinitamente en nuestra vida, pero como en toda polaridad, los extremos se excluyen y con ellos la posibilidad de sentirnos completas y satisfechas.

En posición sumisa, generalmente al volver de una visita a mi familia (o de mi jefe, o de mis amigos), dejo de lado mi corazón. Cuando me rebelo y sigo mi corazón, a veces renuncio a que mi familia me mire con amor; o al éxito que conlleva caminar con la cabeza alta y la corona bien puesta.

Lo bello de toda polaridad es lo que la Gestalt llama el «punto cero». O sea, el lugar en que puedo contemplar ambas polaridades y reconocerlas como mías, sin identificarme exclusivamente con una de ellas.

Cuando reconoces que eres ambas polaridades y las puedes soltar, liberándote, es cuando habitas el vacío fértil, un lugar de gran paz y riqueza.

Desde ahí puedo seguir entregándome a mi familia y los que me quieren y se preocupan por mí y, al mismo tiempo, seguir mi corazón. Nadie me lo impide. De hecho, creo que dejar de lado una parte de mí, no me hace más fuerte. Solo mas pobre.

Yo soy quien quiere ser mirada con amor por mi familia y la que quiere que crean en mí y que me deseen lo mejor del mundo; y también soy la que no quiere renunciar a seguir mi pasión para ello. Cuando trabajo para llegar al «punto cero», puedo ser una artista bien pagada y realizada.  Está claro que es más fácil escribir o hablar de ello que hacerlo, por esto puedo acompañarte con las sesiones de Terapia Gestalt para que puedas encontrar tu «punto cero», que es el lugar más fértil de ti mismo.

¿Qué diferencia a la Terapia Gestalt de otras counsellings?

Sobre la Terapia Gestalt

Quizás tengas conocimientos sobre el counselling gestalt o quizás no; sea como sea, merece la pena explicar las bases de este enfoque terapéutico.

La counselling gestalt adopta un enfoque humanista, ayuda a las personas a adquirir conciencia y responsabilidad de sí mismas. Se centra en el presente porque el pasado ya se fue y el futuro todavía no ha llegado. Se considera que pasado y futuro no son reales, lo que es real es lo que te pasa aquí y ahora que está relacionado con tu pasado y afectará a tu futuro. 

La counselling gestalt se propone entrenar la capacidad de «darse cuenta» de la cual disponemos los seres humanos. Solo cuando te das cuenta de lo que estás haciendo en tu vida y con tu vida, puedes proponerte cambiarlo.

El cambio se da cuando te haces responsable de tus pensamientos,  sentimientos o acciones. Hacerte responsable de ti misma conlleva un crecimiento. El proceso terapéutico es un proceso madurativo, por esto podemos afirmar que el counselling gestalt, también conocido como counseling gestalt, tiene una tendencia psico-educativa más que psico-correctiva.

El proceso terapéutico que ofrezco se adapta al ritmo de la clienta, no acostumbro a forzar los tiempos, ni pararlos: cada persona tiene su velocidad y su mochila que llevar y a medida que se da cuenta de que está llena puede decidir aligerarla. En ocasiones arrastramos experiencias pasadas que no se han podido cerrar del todo o una herida emocional que no ha «cicatrizado» bien. Otras veces sentimos un gran vacío existencial que no sabemos cómo llenar. 

En el counselling entra toda la vida y todos sus aspectos: tanto el emocional, como el profesional; desde la relación con la familia o la pareja, hasta la relación con una misma. Juntas podemos trabajar sobre cómo gestionar saludablemente un duelo o cómo prepararte para cambiar tu profesión y esto lo hacemos aprendiendo a escuchar a tus emociones, que son las que determinan tus pensamientos. Si las ignoras estás ignorando más de un tercio de tus facultades. 

Sobre el Psicoanálisis

El psicoanálisis se considera el primer sistema estructurado de psicocounselling, se conoce también como teoría psicodinamica y cree que sin importar la edad  de la persona, los problemas que experimente se basan en sus experiencia de la infancia. En este tipo de counselling es usual examinar el inconsciente del paciente e interpretar los pensamientos externos, los comportamientos y las expresiones para encontrar la etapa del desarrollo de la infancia en la que se ha quedado atascada la persona. Tiene sus técnicas y sus teorías para trabajar esta situación, en el blog encontraras un articulo que habla más extensamente de este tema. 

Sobre la Terapia Cognitivo-conductual

La counselling cognitivo/conductual se fundamenta en la teoría que sostiene que son los patrones cognitivos (los pensamientos) que el paciente ha aprendido los que condicionan a su comportamiento externo e interno. Los conductistas/ cognitivos aceptan que el aprendizaje social en la infancia juega un papel importante en el desarrollo. Lo que el niño aprende gracias a la educación y la observación del mundo puede afectar su comportamiento adulto. Ponen todo el énfasis en la conducta y en las técnicas (ejercicios) para modificarlas o eliminarla.

Si tienes preguntas sobre cómo el counselling Gestalt puede hacerte crecer de forma distinta a otras counsellings, te invito a solicitar una primera sesión gratuita conmigo.

Recalculando ruta… y objetivo

Creo que cada vez que nos «extraviamos» del camino que hemos decidido recorrer, lo único que podemos hacer es parar un momento y recalcular la ruta.

Difícilmente me rindo. Soy una Capricornio muy testaruda.

Y lo más normal del mundo es recalcular la ruta, Google Maps lo hace continuamente. 

A los humanos quizás nos cuesta más aceptar que nuestro día a día no es como esperamos, como debería ser. Que nos hemos alejado de nuestro objetivo y sería mejor recalcular la ruta.

Esta es una tarea que nos remueve íntimamente. 

A veces entra en juego un auto-juicio como: «si no consigo que mi vida sea como debería ser, es que no soy suficiente buena».

A veces vinculamos nuestra valía personal al éxito de nuestro objetivo. Esto es peligroso. De hecho, somos dignos de ser amados por el mero hecho de respirar. 

No deberíamos tener que hacer nada para merecer el amor. 

Y no es así. A menudo crecemos sintiendo que debemos hacer algo para merecer el amor de nuestros padres o nuestro círculo. Sacar buenas notas, comer todo lo que queda en el plato, no molestar, no hacer ruido, no contestar y no llevar la contraria a los adultos. 

Y quizás nos hayamos llegado a sentir bien siendo «niños buenos»: esa es la peor trampa.

Haber aprendido que mis padres me dan amor cuando hago una determinada cosa o soy una determinada persona es una trampa muy peligrosa porque limita de una manera poderosa mi libertad. 

De repente dejo de tocar el violín porque «no te sirve de nada, no vas a ganar dinero con esto», o dejo el dibujo después de escuchar que «en nuestra familia nadie ha sido nunca un artista, somos muy científicos». 

A veces, de adultos llega una insatisfacción, un estar perdidos, no saber quiénes somos y qué queremos. 

Es un momento sagrado en la vida adulta de una persona, cuando los roles interpretados por beneficio y placer ajeno se empiezan a despegar de la persona y esta finalmente puede descubrir qué significa vivir encajando en un molde bien estructurado, satisfaciendo las expectativas de otros por amor. 

Mucha gente no llega a cuestionarse nunca el papel que juega en la vida, les parece bien vivir actuando en rebelión o sumisión con el mandato familiar. 

Otros se van dando cuenta de que no son libres. A pesar de que lo deseen y lo intenten, ven que sus esfuerzos están abocados al fracaso y no acaban de entender qué pasa. 

A la luz de estas consideraciones me pregunto si no sería mejor recalcular el objetivo en lugar de recalcular la ruta, ¿qué opinas?

¿No será que he adoptado un objetivo poco coherente con quien soy?

¿Qué puede sentir un artista en una familia de científicos? 

Me gustaría que reflexionaras sobre cuáles han sido y cuáles son las expectativas de tu familia sobre ti y tu vida. 

  • ¿Que quería tu madre cuando eras pequeña?
  • ¿Y tu padre?
  • ¿Puedes identificar el «discurso» de tu familia?

Si ha llegado el momento de recalcular tu ruta o reconsiderar tu objetivo, las sesiones de counselling Gestalt conmigo te van muy bien. 

¡Feliz día!